Campeche, un viaje al pasado de la ciudad amurallada

Siempre me ha gustado aprender. No puedo imaginar mi vida sin una constante búsqueda de nuevas experiencias, paisajes y culturas. Para mí, viajar, resulta ser una de las formas más gratificantes de aprender y la ciudad amurallada de Campeche ha sido uno de los destinos que más he atesorado. En ella no sólo conocí un lugar diferente y hermoso, sino que también me permitió viajar al pasado.

Portada campeche

La Ciudad Amurallada, un viaje al pasado…

Es difícil explicar un destino como Campeche. Cada paso en esa ciudad está cargado de misticismo y asombro. Desde el Parque Principal de Campeche puedes encontrar un pedazo de historia, y caminar en ella es lo más cercano a un viaje al pasado.

Lo primero que llama tu atención al llegar a este destino es la gran muralla de piedra que le rodea, como si la ciudad quisiera esconderse del hermoso mar junto al cual está asentada. El asombro es aún mayor cuando descubres que la muralla fue construida en 1668 por la monarquía española y que aún conserva gran parte de su forma original. El objetivo era proteger a la ciudad de los constantes ataques que sufría por parte de los piratas, quienes codiciaban las grandes exportaciones que salían de esta ciudad puerto, fundada en 1540.

La muralla tenía una forma hexagonal, con dos grandes accesos; La Puerta de Tierra y la Puerta de Mar. Me sorprendí al notar que ambas conservan gran parte de su arquitectura original, lo que me permitió imaginar con bastante claridad cómo solía ser la vida de los habitantes de esta ciudad y de sus guardias que vigilaban que nada los atacara. Una vez que ingresé a la ciudad, tuve la sensación de haber viajado directamente al siglo XVII y de estar presenciando la misma ciudad que alguna vez temió ser atacada por piratas.

La Calle 59, que atraviesa longitudinalmente la ciudad de una puerta a la otra, está rodeada de coloridas fachadas del siglo XVII. Han sido conservadas de manera tal, que puedes estar seguro que frente a ti se encuentra básicamente la misma ciudad que sus fundadores presenciaron. Es tal el nivel de conservación de esta ciudad y su valor histórico que en 1990 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Una de mis primeras paradas dentro de la ciudad fue la Catedral de Campeche, la cual fue terminada en 1705 y aun conserva su hermosa fachada de estilo barroco. Es un lugar que a pesar de ser austera, destaca por su belleza simple y cuidada. La dirección opuesta toma la Mansión Carvajal, quizás una de las construcciones más hermosas de  la ciudad. En ella puedes ver uno de los pocos edificios con influencia árabe.

Una vez que pude absorber gran parte del pasado que se respiraba en el centro de la ciudad, me dirigí fuera de las murallas por la Puerta de Mar hacia el Malecón que bordea el mar. El lugar idóneo para contemplar la naturaleza, y dejarse llevar por sus paisajes. En él puedes ir a pie, bicicleta e incluso patinando. Está rodeado de restaurantes y cafés que te permiten tomar un descanso, antes de continuar con tu camino.

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Catedral de Campeche

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Malecon Campeche

Una vez fuera de la ciudad, continué mi viaje en el tiempo, dirigiéndome al Fuerte de San Miguel. Lo primero que llamó mi atención de este lugar, fueron sus pasillos con forma ondulada, que luego descubrí, fueron diseñados en 1801, para evitar el acceso del enemigo. No puedo negar que mi mayor emoción vino al ver que el lugar contaba con puente levadizo. Si bien el fuerte alguna vez sirvió para proteger la ciudad, hoy es un hermoso museo arqueológico. En él puedes apreciar diferentes piezas de la historia maya.

Sin darme cuenta, se presentaba ante mí, otra oportunidad de continuar mi viaje al pasado.  A sólo 55 km de la ciudad se encuentra Edzná, una de las ciudades mayas con mayor adelantos tecnológicos hasta ahora descubierta.  Todo gracias a la necesidad de sus habitantes de protegerse de las inundaciones, lo que los llevó a crear una gran red de cañerías y desagües.

Fuerte de San Miguel

Fuerte de San Miguel Campeche

Edzná Campeche

Una vez concluido mi viaje en el tiempo, regresé al Malecón para apreciar uno de los atardeceres más lindos que he visto en mi vida.  La forma perfecta de concluir mi travesía  y regresar mi mente al presente.

Atardecer Campeche

La historia de Campeche es extraordinaria y acompañada de hermosos paisajes es aún mejor, antes de mi visita no tenía idea de todo lo que me esperaba, ahora sé que de eso se tratan los viajes, de aprender sobre el valor de los lugares en donde ponemos nuestros pies. ¿Tú ya conoces Campeche? 

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