Lo mejor de un viaje son esas pequeñas cosas que disfrutamos a lo largo del camino, los detalles, la comida, el paisaje, mirar las cosas por primera vez, sentarnos en los parques, perdernos por las calles, mirar a los ojos a nuevas personas y de paso disfrutar de las mejores playas de México.
Nadar y disfrutar de nuestras playas mexicanas son un pequeño gran placer, pero si vivimos en una gran ciudad y sobre todo no sabemos nadar, debemos apreciar esta belleza con cuidado. Muchas playas a lo largo de México son vírgenes y otras son públicas o están frente a los hoteles y resorts.
En los hoteles y playas públicas se utiliza un sistema de banderas en la que el color alerta a los bañistas si el mar esta en condiciones aceptables para nadar:
Bandera Negra: ¡Prohibido nadar! Aún cuando veas que el mar esta tranquilo, no sabes lo que hay abajo. Puede ser que haya formaciones rocosas, corrientes u oleaje fuerte que represente un peligro si te metes a nadar. Afortunadamente son raras pero cuando las veas anda con mucha precaución.
Bandera Roja: ¡Precaución! Situación peligrosa posible. Se usa cuando hay fuerte oleaje, presencia de rocas u otro peligro potencial (clima inestable, rayos, tormenta eléctrica, viento fuerte, etc.). Los buenos nadadores pueden entrar en el agua, pero aún así debe hacerse con cuidado.
Bandera Amarilla: Mantente Alerta No se reconoce peligro inmediato, pero debes estar al tanto de lo que pasa a tu alrededor. Es la bandera más común en las playas. Si eres un buen nadador entra con confianza y disfruta del mar.
Bandera Verde o Blanca: Ideal para todos. No hay mejores condiciones para entrar al mar. Generalmente cuando no hay mucho viento y se puede disfrutar del sol y un cielo azul.
Aún cuando existan señalamientos en las playas, el mar y el clima es muy cambiante en las costas. Toma en cuenta también no meterte al mar después de haber consumido alimentos o bebidas alcohólicas. La mayoría de los accidentes que sufren los bañistas en el mar es por desobedecer los señalamientos, imprudencia y confianza excesiva.
La naturaleza es sabia, aprende a disfrutarla y ¡nunca le des la espalda!
