Nos pasamos la vida persiguiendo el reloj, viviendo la vida de prisa, creyendo que respiramos, que lo tenemos todo y nos conformamos con los mismos paisajes, la misma gente, el mismo camino y las mismas historias. ¿Hace cuánto que no viajas?. Por naturaleza no podemos estar en el mismo lugar toda la vida, de vez en cuando hay que moverse, decidir lo que uno quiere vivir. Pero no hay que pasarse la vida buscando “el lugar perfecto”, porque no lo hay, nosotros tampoco lo somos, solo tienes que entender que formas parte de un mundo con caminos que solo necesitan de voluntad para poder llevarte a tu destino. ¡Toma la decisión, tu tienes ese poder!, el resto, los descubres en cada oportunidad que se te presenta:
1. Puedes volar con tus propias alas…
En este mundo nada es imposible, ¿Quién dice que no podemos volar?, solo hay que encontrar un elemento, un buen lugar y lanzarse al vació. Imagina verte rodeado de un azul infinito, agitar tus brazos, estirar tus piernas, bajar o subir a voluntad, escuchar el silencio y descubrir frente a ti un mundo lleno de vida. Un lugar que esta a la altura de tus pies y donde puedes volar con tus propias alas: el mar.
Imagen: Isla Cozumel, Quintana Roo
2. Atrapar el tiempo….
Viajar es algo así como querer llevarte el mundo a casa. Atrapar instantes y consecuencias, como un arcoíris o el olor a la tierra húmeda después de la llúvia, como la estela de un barco o nuestras huellas después de caminar por la playa. Viajar te regala la oportunidad de atrapar el tiempo, llévate a casa lo que quieras, aquello que ames, aquello que admires y todo lo que te sorprenda.
Imagen: Tren Chihuahua – Pacífico el Chepe
3. Soñar despierto…
Los viajes primero fueron sueños, y como cualquier otra cosa en la vida uno se tiene que preparar para alcanzarlos, para merecerlos o recibirlos como consecuencia de esas vueltas de timón que da la vida. No importa a donde vayas, ni de donde vengas, la vida misma es un viaje, ¡sueña, sueña despierto!. “Ve el mundo. Es más fantástico que cualquier sueño”. Ray Bradbury
Imagen: Nado con Tiburón Ballena, Isla Holbox
4. Viajar con el viento…
Levantar el vuelo, así como sale el sol, elevándose poco a poco en el cielo para asomarse en el horizonte. Viajemos con el viento para descubrir perspectivas, caminos ocultos, quitarnos el miedo, despeinarnos, dejar de tomar decisiones y simplemente dejarnos llevar. ¡Viaja con el viento!.
Imagen: Globo aerostático sobre Teotihuacán
5. Viajar al pasado…
A veces viajamos para escapar de nosotros, alejarnos de las mismas caras y los paisajes de siempre, llegamos a lugares tan lejanos en medio de la selva, entre ríos, bosques u otras ciudades. Lugares que ayer tenían otras vidas, otras almas y otros sueños. Viajamos para entender nuestro presente desentrañando nuestro pasado.
Imagen: Zona Arqueológica Ek Balam, Yucatán
6. Entrar a inframundos…
A veces puedes toparte con lugares que van más allá de tu propia realidad, cuevas, ríos subterráneos o inframundos donde a pesar de la adversidad de las condiciones, hay seres vivos que han ganado su lugar en el universo, donde cada piedra encaja a la perfección con el paisaje. Al igual que viajar, podemos pasarnos la vida buscando nuestro lugar, eligiendo un camino y otro hasta dar con el que creemos correcto y después regresar, para encajar de alguna manera con nuestro propio inframundo.
Imagen: Cenote en la Riviera Maya
7. Tener premoniciones…
Puedes planear un viaje y obedecer a tu voluntad, visualizar lo que va a ocurrir, sentir los olores, los colores o hasta percibir el mar, el viento y la energía de un lugar. Pero deja que las cosas ocurran, al viajar no siempre los planes son lo mejor para seguir, muchas cosas suceden de manera instantánea, inesperada y te topas con sorpresas. No tengas miedo a lo desconocido, sigue buscando, imaginando qué vas a encontrar a la vuelta de la esquina. En pocas palabras, nunca dejes de soñar.
Imagen: Xilitla, Huasteca Potosina.
8. Levitar…
Regresas y todo te parece ligero, no sientes presión, estrés y aunque vienes lleno de recuerdos sientes como si te hubieran quitado una gran carga de encima. Eso es lo bonito de viajar, experimentar todos los días como si fuera la primera vez, llevarnos sólo lo que es necesario, tomar del camino lo que necesitemos y liberarnos de todo lo que ya no nos sirve. Levitar, caminar ligero.
Imagen: Isla Holbox, Quintana Roo
9. Hacerte pequeño…
En un mundo lleno de posibilidades, a veces es difícil decidir a dónde ir. Quieres enfrentarte a experiencias que te hagan crecer, cambiar tus pensamientos y hasta tu forma de vivir. Cuando tomas la mochila, abres la puerta y encuentras un camino te das cuenta de lo grandioso que es México, este mundo, que no puedes estar en todos los lugares porque no te alcanzaría la vida, pero siempre llega ese momento extraordinario en el que te das cuenta que a pesar de lo pequeño que somos, formamos parte de algo mucho más grande: la naturaleza.
Imagen: Cañón del Sumidero, Chiapas
10. Transformarte en otra persona…
Viajar te cambia. Es darte cuenta que viajar es una gran decisión, y para tomar grandes decisiones, necesitas fuerza, pero sobre todo pasión. Llegar lejos para extrañar, que necesitas conectar todos tus sentidos para llegar a tu destino. experimentar, vivir, entender, digerir y procesar. Viajar te convierte en otra persona, alguien que habrá experimentado lo que es vivir con lo que te hace feliz. ¡Date un tiempo para cambiar, para ser alguien mejor de lo que eres hoy!.
Imagen: Hierve el Agua, Oaxaca
¡Viajar es vivir!.
