Vivir intensamente nos llena de historias que nos gusta compartir y cuando la naturaleza nos sorprende, vemos que todos nuestros esfuerzos han valido la pena dejándonos con ganas de descubrir más. Esto sentí ahora que tuve la oportunidad de nadar con el pez más grande del mundo, el Tiburón Ballena en las aguas azules de Isla Mujeres.
Esta es una historia que voy a recordar siempre la cual me gustaría que tú también experimentes porque la naturaleza de México puede emocionarte tanto hasta hacerte sentir más vivo:
El Caribe Mexicano: Casa del Tiburón Ballena
La encantadora Isla Mujeres es el lugar donde primero alumbra el sol en todo México, hogar de tortugas, arrecifes de coral con peces multicolores y especies marinas sorprendentes como las langostas y estrellas de mar, simplemente es un paraíso natural.
Y sus aguas son tan ricas que un buen número de ejemplares del majestuoso tiburón ballena llega cada verano para alimentarse así como para nadar en la superficie de su cálido mar, esta especie es increíble y dócil permitiéndonos vivir la experiencia ecoturística más sorprendente: ¡Nadar junto a él!
Prepárate para uno de los mejores Viajes de tu Vida
Esta aventura inicia desde muy temprano, llegando al muelle me encontré a amigos dedicados a brindarle este tour a mucha gente, son expertos en cuanto al mar se refiere especialmente en esta temporada haciendo su trabajo con el buen humor que solo los isleños pueden tener.
La embarcación “Maranatha” llegó por mí y el capitán Renato e Imar me dieron la bienvenida presentándome con mis compañeros de tour, dos familias que me saludaron amablemente para que después iniciemos la travesía hacia el noreste de la Isla.
Me probé las aletas, el chaleco e Imar me dio el equipo de snorkel. A buena velocidad pasamos por las playas de Isla Mujeres hasta que dejé de verla, ahora estábamos en medio del Caribe Mexicano donde la buena música nos estaba llenando de buenas vibras.
“¿Cómo ves? Esta es nuestra oficina” me dijo Renato, el capitán.
En este trayecto de aproximadamente media hora tuve la mejor postal de todas, el mar tranquilo que parecía un espejo, me comentaron que se llama “bonanza”, las nubes se reflejaban en el mar.
“Llegaste en el mejor día, ayer el mar estaba picado” me dijo Imar, nuestro guía.
Llegamos al lugar de la Aventura
Al escuchar “ya llegamos” sentí mariposas en el estómago, de emoción y de nervios a la vez, sobre todo cuando veía a las embarcaciones cerca que daban aviso de que en pocos minutos estaría de frente al tiburón ballena.
Y es que fue inevitable mi entusiasmo cuando lo vi nadar y ver su boca en la superficie ¿Qué pasaría cuando salte al mar?
Lo mejor de todo es el gran trabajo en equipo de los capitanes y guías, al seguir un orden conforme a las manecillas del reloj para que bajen de dos a tres personas cuando les toque su turno.
El Primer encuentro con el Tiburón Ballena
El turno de mi equipo llegó, estaba muy nerviosa, el tiburón ballena no se veía en la superficie, pero Renato el capitán dio aviso y nos lanzamos al mar enseguida, no dio tiempo de acomodarme bien el visor cuando Imar me dijo que bajara la vista y ahí tenía mi primer encuentro con este ser, uno de los más impresionantes del planeta.
Siguiendo todas las indicaciones que nos dieron en la lancha es que nadé a su lado a una velocidad rápida si quería apreciarlo más tiempo ya que en cuestión de minutos puede alejarse o bajar a la profundidad del océano.
Cuando se alejó ya de mí descansé un poco y muy emocionada nadé hacia la lancha, me ayudaron a subir por lo que mi expresión fue: “¡No lo puedo creer!” completamente extasiada con una sonrisa enorme en la cara.
Llegó una segunda y una tercera oportunidad de saltar al mar, mientras esperaba pude ver como íbamos girando al rededor y las demás lanchas hacían lo mismo gritaban “go” e inmediatamente caían al agua, incluso lancha con lancha se avisaban cuando era la mejor oportunidad para lanzarse.
El nado junto a él es de uno a tres minutos máximo, todos respetábamos nuestro turno, el agua de verdad tiene un azul fascinante y pude nadar entre la comida de este pez, el plancton flotaba brillante .
Los niños y sus papás regresaban a la embarcación felices, pudimos ver de cerca los ojos, las aletas y cómo es que nada tranquilamente; vimos a un tiburón ballena con un pequeño pez arriba y otro abajo, como si fueran sus compañeros de viaje.
Pero estos peces que le acompañan se llaman rémoras, especies que se adhieren al tiburón ballena para que sea su medio de transporte y del que el gran pez no tiene ningún problema de llevarlos consigo.
Estar en la lancha también es emocionante, más porque escuchamos las historias que los isleños nos cuentan, enseñan todo a cerca de este especie con mucha emoción y respeto.
Mi Último nado con el Tiburón Ballena más Grande
En muchos tours se puede nadar con el tiburón ballena de dos a tres veces pero “Maranatha” nos regaló una oportunidad más.
Apunto de terminar es que Renato nos dijo que veamos a lo lejos una aleta del doble de tamaño de lo que habíamos visto antes, un tiburón ballena mucho más grande del que Kelly y yo íbamos a ser las afortunadas de nadar junto él por ser las últimas ¡Como cerrando con broche de oro!
Esta vez los nervios de la primera ocasión ya no existían, ya había practicado ahora debía disfrutarlo y nadar más rápido para que no se me aleje.
Y es así como estuve increíblemente cerca del tiburón ballena más grande, cerca de su boca, cerca de su color, de su imponente presencia, cuando más me acercaba a el más era mi impacto, mis ganas de gritar abajo del agua y solo quería comunicarle a él con mi pensamiento “Eres algo de lo más maravilloso que he visto”.
El tiburón ballena descendió, ahora lo tenía abajo de mi, de verdad era muy grande, seguimos nadando rápido y al llegar a la superficie Imar le comunicó a otra lancha que en ese momento iba a ascender, no sé como es que lo sabía pero así fue, ahora me tocó ver cómo iba subiendo de nuevo y lo tuve cerca una vez más.
¡No hubo mejor cierre para esta experiencia!
¡A disfrutar de Playa Norte!
Isla Mujeres tiene una de las playas más hermosas del mundo: Playa norte y en su mar la luz del sol refleja un color turquesa brillante, además es cristalina, la arena se admira a simple vista y está limpia, con este escenario nos bajamos a nadar, a tomar una cerveza y a convivir, formaba parte del tour pero parecía que estábamos celebrando lo bien que nos había ido en nuestro nado con el tiburón ballena.
Mientras esto pasaba el capitán y nuestro guía empezaron a preparar el guacamole, el ceviche de caracol y a cortar la fruta, mi compañera argentina dijo: “Además de todo también saben cocinar”.
“Con nosotros el servicio no cambia, mejora” Renato Montalvo.
Con una presentación de expertos es como disfrutamos de ese platillo recién hecho del que me atrevo a decir que sabía aún mejor porque estábamos en el mar, con ese calor de Isla Mujeres y con los nuevos compañeros de aventura que ahora teníamos.
Califico este tour con un 10 absoluto y a la experiencia como algo que debemos hacer antes de morir, el ecoturismo nos abre un abanico de oportunidades para valorar a nuestro planeta y en este caso nadar con el tiburón ballena me hizo humilde, me hizo sensible ante su existencia.
Para más información sobre este maravilloso tour, da click aquí
¡Y en Isla Mujeres con su belleza y su gente definitivamente terminas feliz!
Datos de interés:
- Temporada: del 15 de mayo al 15 de septiembre.
- Longitud del tiburón ballena: de 14 a 18 metros.
- Alimentación: Son vivíparos se alimentan de plancton y desove del coral.
- Los destinos más privilegiados son Holbox e Isla Mujeres en Quintana Roo.
- Cada año se realizan actividades de educación ambiental para conservación de la especie con festivales, conferencias y cursos.
- En los tours también se puede incluir snorkel con mantarrayas.
Agradecimientos especiales:
Ángel Velázquez Lizama, capitán.
Raúl Renato Montalvo, capitán.
Imar Ávila, guía.